El concepto en torno al que pivota mi desasosiego es la llamada “Indefensión aprendida”, termino acuñado por Martin Seligman y utilizado como principal explicación de la depresión, para intentar ilustrar este fenómeno voy a coger prestado un cuento de Jorge Bucay:
Un día David llevo a su hijo Mario al circo y al pasar al lado de un elefante, el niño miró boquiabierto al animal, el cual estaba atado a una cuerda que a su vez se hallaba fijada al suelo por una pequeña estaca, y pregunto a su padre:
-Papa, ¿Por que el elefante no arranca la estaca del suelo?
David extrañado por lo que su hijo le preguntaba contestó:
-Porque cuando el elefante era una cría le ataron a una estaca más grande, para que por mucho que tirara no pudiera escapar, así ahora da igual el tamaño que tenga la estaca porque ha aprendido que no es capaz de huir de esas ataduras.
Moraleja: la motivación hacia la realización de un objetivo, puede ser truncada gracias a las barreras puestas por el sistema para “Deprimir” al sujeto y enseñarle esta indefensión.
Quedando claro el concepto(o eso espero), intento explicar mi teoría de “Indefensión aprendida inducida”:
Pongamos que estamos en un lugar llamado España, en el año 1978, y nos juntamos con unas cuantas personas para redactar una constitución, entonces a uno de los miembros de dicha reunión se le ocurre establecer una barrera entre la sociedad y la política,¿hay mejor manera de hacerlo que implantando una ley electoral proporcional, tan desproporcionada como la que tenemos hoy en día?Esta ley electoral tan poco representativa, hace que la respuesta más común a la pregunta:
-¿Vas a votar?
Sea:
-¿Para que?sino sirve de nada.
Si una persona intenta en reiteradas ocasiones, que en el sistema se vean reflejados los resultados de sus votaciones y no lo consigue, ¿No sería esto una indefensión aprendida inducida?
